sábado, 12 de enero de 2013

DEJA ATRÁS TUS PREJUICIOS









La mayoría de la gente critica las corridas de toros, basándose en argumentos del tipo “el toro tiene derecho a vivir”, “a no ser maltratado” y demás frases razonables aunque poco aplicables a la tauromaquia, que todos los ignorantes utilizan. No voy a entrar en temas como que sea una fiesta nacional, una tradición, o para los que sabemos apreciarlo, un arte. Tampoco criticaré que no os gusten las lidias, que entiendo que  puedan aborrecer la lucha a muerte, pero me limitaré a hablaros no como aficionado taurino, sino como amante de los animales y apasionado de las ganaderías de reses bravas,  de las que creo que algo se.

Lo primero antitaurinos, debéis preguntaros a vosotros mismos: ¿cuánto sabéis del toro? ¿Cuánto sabéis de la fiesta?

Quiero haceros saber como vive y muere un toro bravo y que comparéis su vida y su muerte con la del toro “no bravo”.

Los toros “no bravos”, viven hasta los 3 años tan solo, estabulados en rediles diminutos, siendo alimentados con piensos artificiales y engordados mediante dañinas hormonas para que, al alcanzar un determinado peso, logrado durante su amarga y triste vida, ser transportados a un matadero donde, sin si quiera darse cuenta reciben una descarga eléctrica en la nuca que les produce un paro cardiaco...

Los toros bravos viven durante 5 años, sueltos en preciosas dehesas, pastando libremente, relacionándose con otros toros, alimentándose de comida natural, que para ellos es un manjar, y siendo mimados por los ganaderos que se ganan la vida siguiendo está tradición y según cuiden a sus reses tendrán para comer o no. Después de 5 años de gloriosa vida, son conducidos a las plazas de toros, donde pelearan hasta la muerte con los toreros, es una muerte honorable, mueren luchando en un cuerpo a cuerpo con los toreros, a los que superan en tamaño, fuerza, velocidad y fiereza, ¿cuantos toreros han muerto o han sido  heridos durante las lidias? No son pocos, os lo dice un abonado de Las Ventas.
Ahora sean ustedes mismos los que juzguen, dejando atrás todos los tópicos y prejuicios que ha impuesto esta sociedad ignorante en la que vivimos, ¿si usted fuera toro que clase de toro querría ser?

“Mejor morir de pie que vivir de rodillas”

Jacobo J.

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