El pasado domingo, mi padre que es un cineasta, consiguió sentarme a ver la película "El Hombre Tranquilo", de John Ford, considerada por muchos la mejor película de la historia del cine.
La película trata, sobre un emigrante yankee Sean Thornton (John Wayne) que vuelve a su pueblo natal irlandés, donde se enamora de Mary Kate (Maureen O´Hara) y donde transcurren una serie de hechos, que no os voy a contar, para que así veáis la película.
Bueno, lo que quiero contaros realmente son algunos detalles de la película, que si no es por ellos no me hubiera gustado lo mismo, y que creo que son estos los que la convierten en una obra del cine entrañable. Son los siguientes:
El primero y más relevante es la forma en la que el director consigue convertir a cada personaje de la película en tipos entrañables. Ya sea el mediador borracho, los dos párrocos, el tabernero o incluso el propio caballo, que cada vez que pasa frente a la taberna se para.
La alegría que consigue transmitirnos mediante detalles, entre los que destacan: los cánticos en la taberna, los planos perfectos de los paisajes irlandeses, de verdes prados pastados por ovejas, la enternecedora casa llamada Mañana Blanca, etc.
La famosa escena del beso entre Sean y Mary, que es copiada en otras películas. Como por ejemplo en E.T. Lo que me gusta es el hecho de que la escena de una película antigua consiga hacerse eterna y se copie en películas más modernas brindandosela un simpático homenaje.
Se aprecia gran sentido del humor, con el que la película adquiere un tono agradable por el que el malo no te cae tan mal y el bueno no es un bueno aburrido ni un mártir sino que también tiene su lado perverso.
Por último, me pareció curioso como John Ford resalta con total sencillez los valores esenciales y las conmovedoras tradiciones.Presentándonoslas de una forma muy sutil, por ejemplo: la religión, la familia, el matrimonio, el orgullo, el arrepentimiento, la valentía, la irrelevancia del dinero, etc.
“! Homérico!”
Jacobo J.
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